Elige un nombre único y descriptivo.
Se trata de que el nombre hable al cliente de la ventaja principal del producto. El nombre debe evocar la palabra clave de la marca, la idea del negocio.
La clave es tratar de encontrar un nombre "casi" genérico, pero que no sea completamente genérico porque a la larga esto no da buenos resultados.
Elige un nombre que sea simple y corto.
Cuanto más simple es el nombre más pegadizo será en la mente de la mayoría de la gente.
Y la mejor forma de entrar en la mente del consumidor es simplificando el mensaje. Hay que tratar de usar palabras fáciles de recordar, incluso si son inventadas. No hay que preocuparse mucho de la parte literal del nombre, lo que importa es un buen sonido.
Elige un nombre que no se asocie con ninguna ubicación geográfica.
Algo importante a tener en cuenta es que si se usa una nombre que refiera a algún lugar después es muy difícil desprenderse eso y su nombre lo delatará vaya a donde vaya.
Si se va a crear una marca internacional hay que tener especial cuidado en que el nombre no tenga una connotación negativa en otro país o mercado.
Por otro lado, evitar nombres que se parecen o suenen a la competencia. Evade los nombres con iniciales, números y cliches como "global", "tech", "soft", etc.
Fuente: puromarketing.com
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