Más que China e India juntos, las mujeres son hoy el mercado emergente más grande del planeta, representando el 51% del mercado, y el 80% de las compras. En los próximos 5 años, este segmento alcanzará un volumen de compra de 15 mil millones de dólares.
Hoy en el mundo hay 1.000 millones de mujeres que trabajan, y que llegarán a 1.200 millones en 4 años, según un estudio realizado por The Boston Consulting Group.
Ellas no son sólo las que eligen el jabón del lavarropas, o la marca de la pasta del domingo; lejos de eso, son las que deciden la marca del auto, de computadora, o de los electrodomésticos, hasta la casa donde vivirá ella y su familia. Las mujeres representan el segmento comercial más importante de los tiempos que corren.
Aunque millones de dólares, euros, etc. que de ellas dependen, la mayoría no se sienten identificadas con las marcas, que no las representan de una manera realista y creíble.
Faltan ideas nuevas, estimulantes, en la publicidad dirigida al segmento femenino. Las mujeres de hoy huyen de las marcas que intentan generar una emoción sin conseguir provocarla o que las muestra como estereotipos de un modelo masculino.
El estudio que realizó The Boston Consulting Group, nos presenta los 10 errores más comunes que se cometen cuando se trata de crear y vender productos para "mujeres" desde una óptica masculina.
1) Ignorar la importancia de lo emocional.
Hay que apuntar a las emociones y sacudir los sentidos, usar un lenguaje visual y hablar "con" ellas, NO "a" ellas.
2) Recortar los precios para maquillar las ventas.
La incentivación de las ventas a través de ofertas no siempre surte el efecto deseado en las mujeres. Si son exigentes con la calidad pueden pensar que la baja de precios indica baja calidad de los productos.
3) No cambiar los productos de un año a otro.
Las mujeres buscan la novedad, lo mejor, y se dejan cautivar por la innovación.
4) Afeminar productos para hombres.
Cuando una mujer entiende que un producto no ha sido originalmente creado para ella, tiende a rechazarlo.
5) Equivocarse en la diferenciación.
No se trata de decir "somos femeninos" ni de pintar de rosa los productos, sino en plantearse las preguntas adecuadas para cada producto, para cada segmento.
6) Torpe comunicación.
La mayoría de las veces en la publicidad las mujeres son invisibles o estereotipos de modelos masculinos.
7) Descuidar la necesidad de crear productos que ahorren tiempo.
Las empresas, y las marcas, no deben obviar la dificultad de combinar la vida familiar, social y personal si desean generar un vínculo de fidelidad.
8) Ignorar la importancia de lo social.
Las mujeres son mucho más sociales que lo hombres. Recomiendan más y son mejores haciéndolo. Pero también nos pueden defenestrar si tienen una mala experiencia con nuestra marca o producto.
9) Olvidar los diseños estéticos.
La Neurociencia descubre diferencias en los procesos mentales a la hora de apreciar la belleza, los sonidos, el humor, los colores, o el lenguaje. Por el contrario de lo que ocurre con el hombre, las consumidoras valoran los aspectos estéticos del producto como parte del proceso de decisión de compra.
10) Infravalorar la importancia del amor.
La mujer considera que el amor es uno de los aspectos más importante de su vida. El amor en todos sus facetas, de madre a hijo, a la pareja, padres, hermanos...
Conocer qué y cómo piensan las mujeres de nuestra sociedad y obtener la mayor rentabilidad de su poder de compra es ya una realidad que ningún mercado puede pasar por alto. Se hace imprescindible readaptar las estrategias para estar presentes en su mapa mental de decisiones de compra.
Fuente: Puromarketing.com