Las pausas publicitarias llegan a YouTube. Google, empresa propietaria del mayor portal de vídeo de la Red, ha anunciado que está probando un sistema de anuncios según el cual el internauta podrá elegir ver la publicidad previamente o durante la emisión del vídeo. Después de adquirir este dominio en 2007 por 1.100 millones de euros, Google ha sido incapaz de encontrar una fórmula para que ofrezca beneficios. Cada minuto, los internautas cuelgan 10 horas de vídeo en YouTube. Según una estimación del analista Spencer Wang, de la consultora Credit Suisse, el coste de tener todos estos clips alojados en un dominio le cuesta a Google, alrededor de 511 millones de euros. Los expertos calculan que YouTube cerrará este año fiscal con 338 millones en pérdidas. El año pasado, el consejero delegado de Google, Eric Schmidt, dijo que la empresa matriz estaba buscando rentabilidad. "Es nuestra máxima prioridad", dijo a la cadena CNBC. Un año después, YouTube ha anunciado la inclusión de publicidad a la carta en algunos de sus vídeos. Al final, Google ha acabado por imitar la fórmula que las páginas web de los grandes canales de televisión llevan meses aplicando: el espectador puede elegir ver un solo anuncio de unos 30 segundos antes de la emisión del videoclip en cuestión o puede optar por recibir hasta cuatro anuncios más breves diseminados a lo largo del vídeo. El año pasado Google presentó una nueva estrategia para rentabilizar los vídeos más vistos, bautizada como buzz targeting. La compañía creó un algoritmo con el que predecir qué vídeos se van a convertir en un fenómeno. "El algoritmo contempla factores como la aceleración en el número de visionados, los favoritos, los registros de audiencias, y entonces permite a los anunciantes colocar sus anuncios en estos vídeos", dijo la empresa en un comunicado. La popularidad en ese portal es sorprendentemente aleatoria. El vídeo más visto hasta la fecha, con 121 millones de visitas, dura seis minutos y en él el desconocido comediante Jud Laipply repasa y escenifica la evolución de la forma de bailar a lo largo de las décadas. Otro de los grandes éxitos es el de un bebé llamado Charlie que le muerde el dedo a su hermano Harry, con 101 millones de visitas. (De El País de Madrid)
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