Follow Bill!


Bill Gates está arrasando en la popular red de microblogging. En sólo cuatro días desde su ingreso a Twitter, el padre de Windows, ya cuenta con 300 mil followers y continúa aumentando.

A pesar de tener tan abrumador número de followers, Bill sólo es seguidor de 42 cuentas. Entre éstas, se encuentra la de la reina Rania de Jordania, la actriz Ashley Tisdale, varios medios de comunicación, la de la Casa Blanca, y la de Barack Obama.

La inauguración de su perfil fue con un simple "hello world", aunque su entrada a esta red a sido con calma, ya que desde su ingreso a Twitter, sólo ha publicado 12 tweets, varios de ellos en referencia al terremoto de Haití.

El arribo de Gates a Twitter ha sido muy bien recibido por los "twitteros", incluso por uno de los más famosos y de mayor desarrollo en las redes como lo es Ashton Kutcher, cuya bienvenida no se hizo esperar. El actor le escribió el siguiente tweet: "Estoy feliz de darte una clase, pero la cargaré a tu cuenta. Podemos discutir el precio Offline". A lo que Bill respondió agradeciendo la bienvenida.

Después de Facebook y Twitter... Foursquare!


Si bien aún no se a oído demasiado, seguramente en los próximos meses se empezará a saber de que hablamos cuando mencionamos a Foursquare.
En definición, se trata de una plataforma de redes sociales basada en la localización geográfica. El lema de Foursquare es Check in. Find your friends. Unlock your city (Entra, encuentra tus amigos, abre tu ciudad).
Una red social revolucionaria que funciona al revés del mundo, porque sirve para relacionarse no en el mundo virtual, sino en el real. Sus usuarios se registran desde el móvil indicando dónde se les puede encontrar en un momento dado; en su casa, en un café, en una galería de arte. Sus amigos no tienen que llamarles ni que mandar un sms. Basta con que lleguen al lugar en cuestión.
Es la "casualidad organizada", como lo describe el New York Times. La gracia es que los contactos están previstos... hasta cierto punto. No se conciertan citas, sino posibilidades de encuentro.
Seguramente no es casual que el culto a la casualidad de Foursquare haya empezado en ciudades como Nueva York, Chicago, San Francisco, Boston y Washington.
Foursquare permite algo así como el encanto de vivir en un pueblo pequeño dentro de la gran ciudad. Ayuda a encontrarse "sin querer" con la gente. También ofrece a las relaciones un grado de improvisación largamente ausente, tanto en la vidad social, como en los encuentros en red. Por lo menos entre gente que ya se conoce.
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